La niña se aburría en su casa. Los juguetes de siempre ya no la
entretenían. Pero un buen día imaginó, inventó y se hizo un amigo con papel de
periódico. El hombrecillo de papel y la niña aprendieron a descubrir la vida,
lo bueno y lo malo que hay en ella, y cómo se puede transmitir esperanza y
alegría a los demás, mirando las acciones humanas con los ojos de la
solidaridad.
Don Bepo es ventrílocuo, se siente viejo y cansado. Un día coge a
su muñeco y se retira a su pueblo. A partir de ahora el muñeco va a tener otro
trabajo. ¿Te imaginas cúal?
Había una vez un muñeco de madera que se llamaba Pinocho, pero a
este no lo construyó Gepeto, se construyó el solito. ¿Quieres saber cómo?.
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